DÍA 25 DE AGOSTO: “EL LAZARILLO DE TORMES”
Ayer, nuestros compañeros de “El Duende de Lerma” captaron nuestra atención con un monólogo atemporal y preñado de picaresca. “El Lazarillo de Tormes” inició la segunda parte de nuestro Certamen, ofreciéndonos mensajes claros y sempiternos. El público, al parecer, salió muy satisfecho.
Manuel Pérez (espectador habitual) y Luis Miguel Orcajo (protagonista y director) fueron los entrevistados de anoche, atendiéndome con toda su paciencia y amabilidad. Muchas gracias a ambos.
ENTREVISTA A MANUEL PÉREZ:
MARÍA: – ¿Le ha gustado lo que ha visto hoy? –
MANUEL: – Sí, me ha gustado. A todas no he podido venir, me ha faltado una; pero ésta es la que más me ha gustado. Ha tratado la obra original, pero adaptada a nuestro tiempo. Ha tenido muchos guiños con la actualidad. Ha mantenido muy bien la atención, siendo un solo actor en el escenario. –
MARÍA: – ¿Crees que tiene más dificultad actuar solo o con una gran cantidad de actores y actrices? –
MANUEL: – Yo no soy actor, pero supongo que debe de ser más difícil con un solo actor; que un solo actor mantenga el interés durante toda la obra. Cuando tienes compañeros puedes apoyarte, si se te olvida el texto, si no sabes seguir, si te trabas un poco… Es fácil que la gente se aburra con un solo personaje, por eso me parece mucho más difícil. –
MARÍA: – ¿Qué te gustaría ver en próximos certámenes?, ¿qué obra te encantaría que viniera? –
MANUEL: – ¿Yo? La de Acebuche, porque aún no la he visto. ¡Aún no he visto “Esparranco”! –
ENTREVISTA A LUIS MIGUEL ORCAJO:
MARÍA: – ¿Cómo has conseguido crear tantos registros (debido a los distintos personajes que tienes que interpretar), utilizando como pretexto “El Lazarillo de Tormes”? –
LUIS MIGUEL: – Yo, en todos los personajes, procuro buscar un referente, alguien que conozca. Cada uno tenemos nuestros truquillos. Entonces, intento imitar a esa persona. Es una forma de no salirte de ese personaje, de no equivocarte. Todos conocemos gente distinta, singular. Yo lo hago así. –
MARÍA: – Teniendo en cuenta tu andadura teatral, ¿qué te resulta más difícil: un monólogo o intervenciones con varios personajes en escena? –
LUIS MIGUEL: – Son sensaciones distintas. Hacer una obra coral es algo complicado; tú dependes de tus compañeros y ellos dependen de ti. Yo he estado en otro grupo treinta años y haciendo, sobre todo, clásicos, con un reparto muy coral (quince, veinte, más…). Es muy complicado. Los monólogos son distintos. Cuando decidí hacer monólogos estaba muy acojonado, pero no por lo que seas capaz de hacer escena; sino por la soledad en escena. Yo, por ejemplo, cuando hago monólogos, entre patas, no quiero a nadie, no tengo a nadie. Mis compañeros de grupo, todos están en sala. Es como encerrarse con seis toros. El torero torea todas las tardes, pero con seis toros, pocas. No digo que sea más difícil, pero es distinto. Es cierto que cuando te enfrentas a un monólogo, al principio, lo que más miedo da son los textos. El primer día tirarías las cuarenta páginas. Un monólogo es una frase, nada más. La siguiente vendrá mañana y, luego, vas enlazando, sin prisa. Tienes que intentar digerir cada frase, crear cada personaje. Ya llegará el final, cuando pone “telón”, el “hemos llegado”. Son sensaciones distintas, da más miedo. La soledad de la caja escénica, a veces, te asusta. Miras hacia un lado y… nadie; miras al otro y, tampoco. Nadie te ha obligado a hacer monólogos… Cuando te la juegas, primero tienes que tenerle mucho cariño al teatro y disfrutarlo mucho. ¡Disfrutar de un monólogo es la leche! Yo aconsejo que todo el mundo corra el riesgo, alguna vez, de hacer un monólogo. Suena un poco tonto, pero se aprende muchísimo de los monólogos. –
MARÍA: – ¿Has disfrutado hoy? –
LUIS MIGUEL: – Sí, mucho. No sé si se nota en el patio de butacas, pero cuando disfrutas una cosa es mucho más fácil. Yo llegué a los monólogos casi por casualidad y representarlos es un premio en sí. –
Deja tu comentario